Comparto con ustedes el testimonio de Silvia, quien vino al estudio FB FLORENCIA BIBAS
en busca de potenciar su imagen. Aquí su feliz relato....
"El toque de
alerta me llegó hace tres meses: me vi de refilón en el video tomado en una
fiesta familiar, una de esas imágenes inesperadas para las que una no se
prepara especialmente, y que son absolutamente implacables. Me vi tan
avejentada que esa misma semana llamé a Florencia Bibas –la había conocido un
año atrás en un taller- para pedirle que me ayudara a contener mi angustia, o
sea: mejorar mi imagen, lograr parecer la persona que soy interiormente. Le expliqué lo que necesitaba: reconciliarme con las gafas
(imprescindibles, no puedo usar lentes de contacto), revisar todo el tema pelo y el maquillaje hasta llegar a una
actitud global que, sin ocultar mis 64 años, no sugiriera más edad! Con toda esta información, Florencia
me organizó un spa de cuatro horas intensas, muy agradables y, sobre todo,
pedagógicas. La experiencia me
hizo sentir como una estrella de televisión, pero más allá de lo lúdico, estoy convencida de que tomé una
decisión acertadísima.
Creo que, después
de los 60 años, las mujeres activas nos enfrentamos con una fuerte divergencia
entre la imagen juvenil que guardamos de nosotras mismas, y la imagen real que
llega a los demás. No me molestan
las arrugas, por eso siempre descarté una lifting; pero sí me molesta el
aspecto de vejez amarillenta y la falta de elegancia. Florencia me interpretó cabalmente
y me transmitió un conjunto de fantásticas herramientas que me están aportando
mucha alegría. Aprendí a ponerme un maquillaje sutil y a probar una línea nueva
de peinado. Me compré unas gafas supermodernas, un poquito locas, que me
encantan, y estoy tratando de
elegir la ropa con los colores y las formas que mejor combinan con mi fisonomía
(paulatinamente porque el presupuesto no permite cambios rápidos). Todos los días me enfrento serenamente
al espejo porque sé qué es lo que tengo que hacer para verme bien. La consecuencia es que me muevo con mucha
mayor seguridad y me complace elegir qué ponerme. En definitiva, tengo la profunda convicción de que el cambio
de mi imagen exterior se traduce en una nueva actitud que armoniza mi potencialidad interior y
la felicidad de poder lucirla. A
Florencia le estoy profundamente agradecida, y estoy tratando de estimular a
mis amigas que me miran admiradas pero les falta el empujoncito para permitirse
un lujo que no es lujo sino una necesidad vital."
Silvia
Heger (profesora en
Letras)
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