El sello DK en su máxima expresión: feminidad y comodidad, ante todo.
Los drapeados y las telas arrugadas fueron el centro de atención de toda la colección. Muy distinto a propuestas anteriores de la diseñadora. Con respecto a la paleta de colores, no utilizó más que tonos tierra y arena, con un efecto dorado que hace que las prendas resalten combinadas entre ellas.
Me parece que fue una de las más logradas pasarelas internacionales, por su simpleza y sofisticación.
Hace 25 años que Donna Karan está en la moda y es considerada una de las "top american designers". I love DK.
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